Los aficionados al arte mantienen viva la cultura calixteña.Ya no está Boli ni Gisela abriendo las cortinas del gran salón, que ayudó a construir la inolvidable María Mora. Gisela Salazar ya no baila, como sabía bailar los ritmos cubanos, la más bella de la familia de músicos.
Hoy Norberto Carralero mira el majestuoso órgano oriental de la familia Ajo, lujo mayor del gran salón central de la Casa de cultura Jesús Avilés Urbino.
Hoy Keyla Roche con su guayabera blanca hace avivar el espíritu sonoro de la Reina de la Música Campesina para ser nuestra Celina.
El gran salón de la otrora Sociedad Unión Club está habitado por voces lejanas, por los versos de César Ohilder García, el compositor y bardo de Janata, También los versos de Daisí Acosta y hasta la voz grave de Humberto Martínez, con la sonora providencia del verbo criollo.
El gran salón nos trae de vuelta a los amigos del danzón con Adriana Peña, y sea cantar El fiel enamorado, que Luís Ramírez anda con su guitarra al hombro para empinar la maravilla de la fiesta.
Sea la gracia de animar la magia del salón con los niños del proyecto La Edad de oro y Edelvis Rodríguez con la impaciencia de acunar la ternura,
Sea escuchar al poeta de Guayabo. Sea ver llegar a Pedro Bruzón con la memoria a cuesta y ver otra vez abrirse la gran cortina verde y que comience la función de Perro huevero…
Hay que mirar atrás. Hay que mirar agradecidos y ver a Joselín Acosta con su guitarra a cuesta. Joselín y Mirian Peña. Joselín y Adriana. Joselín y Adagio. Joselín y las canciones de siempre.
Gracias a Fer Hechavarría por animar el paisaje del gran salón de antaño con las líneas libres de los niños en los talleres de creación.
Gracias a Luís Alberto Góngora por rejuvenecer la mayor tradición musical y que esa manigueta nunca se detenga.
Sea ver a Boli y a Gisela abriendo la cortina, mientras celebramos el día de los que esculpen la belleza y el humanismo en la aventura de una canción.
Pasen, señores, pasen. La Edad de Oro es la gran edad, bien lo sabe Norberto Carralero y la tropa que hoy tiene en sus hombros y en su corazón la riqueza creadora de los invencibles de hoy.
