La profesión de maestro es una de las más difíciles y sacrificadas de todas las que existen, pues ellos tienen el encargo  de educar a los estudiantes, desde preescolar hasta la universidad y su labor no sólo se circunscribe al trabajo frente a sus alumnos, sino que necesita de un tiempo fuera del aula para auto prepararse, planificar sus clases, y buscar los materiales necesarios para cumplir con calidad su misión.

A propósito del día del educador quiero resaltar el trabajo de “Una familia de maestros” que han dedicado parte de su vida a esta profesión, con resultados relevantes en la labor de enseñar  a las nuevas generaciones, formada por un matrimonio y sus hija, ellos son Aracelis Pupo Alonso, con 49 años de forma ininterrumpida como maestra, su esposo Randolfo Velázquez Oro, con 48 y su hija Araís Velázquez Pupo con casi tres décadas como profesora de Educación Física.

Aracelis Velázquez Pupo, después de haber pasado un curso emergente, con sólo 16 años, inició su labor como maestra  en la escuela Eugenio González de Las Guásimas, donde residía, posteriormente se traslada a la escuela Leonor Pérez de Jagüeyes y más tarde al Centro Escolar Rigoberto Mora Aguilera de Buenaventura donde labora por 19 años de forma consecutiva. Por su trabajo integral en la docencia y la participación en eventos de Círculos de Interés  y en los Fórum de Ciencia y Técnica obtiene la condición de Vanguardia Nacional de su sindicato por ocho años de forma consecutiva. Los últimos seis cursos de su vida en el magisterio los trabajó en la escuela Fermín Rodríguez Díaz de la localidad de La Alegría, cuatro de ellos después de jubilada. Sobre lo que significó para ella su  labor como maestra durante 49 años expresó…

“…Mi labor como maestra ha sido mi vida, yo dediqué mi trayectoria a formar varias generaciones de estudiantes, siempre me gustó ver cómo crecen, cómo se desarrollan, uno se los encuentra  por ahí ya hecho maestros, médicos, ingenieros, dirigentes, a veces  no los conoces pero ellos sí se acuerdan de su maestra y algunos hasta te dicen maestra extraño sus clases de Historia, de Lengua Española y eso significa que dejé una huella en cada uno de ellos…”

Randolfo Velázquez Oro es el esposo de esta destacada docente quien también se jubiló después de haber laborado durante 48 años en el magisterio, se formó en un curso emergente para maestros en Guantánamo y al igual que Aracelis inició su carrera en su lugar de residencia Las Guásimas, donde se desempeñó como maestro durante 14 años ,luego pasa a laborar en la escuela primaria Leonor Pérez de Jagüeyes donde permanece durante 32 cursos , se acoge a la jubilación después de haber trabajado 2 años en el centro Rubén Bravo en el 2019. 

Al preguntarle lo que significó para él haber laborado durante más de tres décadas de forma consecutiva en el centro Leonor Pérez, este destacado docente acotó…

“…En esta escuela es dónde me llega a plenitud mi formación de maestro, ya que trabajé con valiosos compañeros que me ayudaron en la tarea de enseñar, luego pasé a ser Jefe de Ciclo durante diez años, tarea que me obligó a prepararme más para ayudar a los maestros jóvenes que se iniciaban en el magisterio, realizando talleres, clases abiertas y demostrativas así como la utilización de los métodos y procedimientos para que se impartieran clases de calidad y por último asumí la responsabilidad de Director de la escuela donde desempeñé un buen trabajo, pues logré cohesionar un colectivo donde obtuvimos resultados satisfactorios, esta ha sido mi única profesión y después de haber laborado tanto tiempo te digo de todo corazón que no me arrepiento de haber escogido esta maravillosa carrera…”

Araís Velázquez Pupo es la hija de este destacado matrimonio con 29 años de experiencia en la labor de educar las nuevas generaciones, egresada de la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF) de la Provincia Granma, donde es seleccionada como la mejor graduada de su especialidad. Luego cursa la licenciatura en Cultura Física en la Universidad Vladimir Ilich Lenin de Las Tunas, comienza su vida laboral en el año 1994 en la Escuela de Oficios Juan Carlos Batista, luego en la primaria Leonor Pérez de Jagüeyes  donde permanece hasta el año 2016 y desde esa fecha hasta la actualidad en el Centro Escolar Fermín Rodríguez Díaz de La Alegría donde ha sido seleccionada en varias ocasiones mejor profesora de su especialidad a nivel municipal.. Al preguntarle sobre los motivos que la llevaron a inclinarse por esta bella profesión esta jovial profesora argumentó:

“…En mi familia ha existido una gran tradición en el magisterio, además de mis padres, una de mis abuelas fue maestra, una tía y un tío lo fueron y otros tantos familiares también, así que desde pequeña lo que respiraba era ese ambiente de maestro, cuando pequeña asistía a la escuela donde trabajaban ellos y participaba en las actividades que realizaban, y cuando estudié los grados 5to y 6to era su alumna y participaba en los Círculos de Interés pedagógicos que atendía mi mamá, y me fui embullando y quería seguir ese ejemplo, sobre todo de mis padres, su influencia y apoyo para que estudiara esta carrera fue decisiva, hoy le agradezco a ellos lo que soy y me siento feliz de poder aportar mi granito de arena en la formación de las nuevas generaciones, …”

Como también me inicié en esta bella profesión, al conversar con esta “Familia de educadores” siento nostalgia de mis primeros años como maestro en una escuelita del barrio “El Paraiso” del municipio tunero de Amancio Rodríguez donde cumplí mi servicio social por tres años, y me llena de regocijo saber que existen educadores como ellos que en medio de las vicisitudes se crecen y se enorgullecen por desempeñar esta bella y exigente profesión. Con este homenaje a la familia Velázquez Pupo, llegue la felicitación y el reconocimiento a todos los educadores por la labor que realizan día a día en pos de formar las nuevas generaciones.

 

 

 


Podcast RJ

Copa José Andrés Piña In memoriam

Postales de mi tierra

Visitas

120271
Hoy: 20
Esta semana: 731
Este mes: 158
Mes anterior: 4.928
Total: 120.271