Hace unos días, a petición de un amigo, visité la finca de Roberto Ricardo Alfonso, enclavada entre los barrios de Las Brisas y Las Lajas, en este municipio de Calixto García.

Robertico, como le llamamos todos, nació en Santa Inés, donde siendo todavía un niño comenzó a sentir los rigores del quehacer en el campo: “con ocho años aprendí a ordeñar, me levantaba todos los días de madrugada y ayudaba a los viejos hasta que desayunaba y me iba para la escuela, cuando llegaba, nos servían el almuerzo y de nuevo para la finca”.

Así nos comentaba este jovial campesino, jubilado del sector bancario, siempre atento y conversador: “aunque la primera tarea fuerte que hice fue ordeñar una vaca, como te dije, lo que más me ha gustado siempre es andar con la yunta de bueyes, la que aprendí a enyugar también cuando era un niño, mi papá me enseño a surcar a sembrar, me encantaba andar en esas tareas, con un carretón cargando comida para los animales, o viandas, frutas, todo lo que hay que hacer en una finca y que es lo que hoy sigo haciendo”.

El primer oficio de Robertico fue el de cocinero en centros estudiantiles internos, después en unidades gastronómicas de Buenaventura, luego pasó a laborar como custodio en el Banco Popular de Ahorro, de la mencionada localidad, hasta su jubilación, aunque siempre se mantuvo activo como campesino en su propiedad de cerca de siete hectáreas.

Observando la siembra de pepinos, para verificar si están libres de plagas.Debo confesar que no se equivocó el amigo que me habló de la belleza terrenal de este agricultor, pues son muy pocos los cultivos que no se cultivan allí: “Yo he seguido los ejemplos de la gente de antes, aquí hay de casi todos los cultivos, hay plátano macho, plátano burro, platanitos, boniato, yuca de varias tiempos, ñame, calabaza, café, pepino, caña, naranja agria y dulce, coco, guayaba, mango de distintas clases, níspero, varias matas de aguacate, fruta bomba, y ya ves como va el tomate, además de otros semilleros para que el puré no falte en la casa y hasta para vender unas botellas”.

Tres cerdas en gestación que asegurarán parte de las proteínas de la dieta.La obra de Robertico es digna de elogios, pues además de lo mencionado, tiene un lote de ganado ovino, gallinas, gansos, varias puercas en gestación, algunos marranos y la vaquita que produce el néctar blanco para el deseado café con leche en las primeras horas de cada mañana. Gracias al amigo que provocó mi visita a la bella pradera de Roberto Ricardo Alfonso.

Valorando la calidad del abono natural conseguido del molido del estiércol del ganado vacuno.


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