El Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin se nos hace imprescindible, insigne, necesario, pues casi todos los holguineros, alguna que otra vez, hemos tenido que acudir a sus cuerpos de guardia o tan siquiera pasar cerca de ese gigante hospitalario que es hoy en día.
Y es que no se conciben los servicios de salud en la provincia de Holguín sin él, como tampoco se puede dejar de hacer alusión a su larga y fructífera historia que comenzara un 7 de noviembre de 1965, al ser inaugurado por Fidel Castro Ruz, convirtiéndose así en el primero de la región Oriental construido por la Revolución Cubana.
Desde entonces se ha distinguido en el ámbito de la salud por haber protagonizado hechos únicos en este sector y por sus significativos aportes a la técnica de abdomen abierto en la sepsis quirúrgica abdominal y por haberse realizado con éxito allí el primer trasplante de córnea.
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Esta obra se ha hecho perdurable y esencial tanto para quienes acumulan mayor experiencia y años de consagración a este centro como para las nuevas generaciones que garantizan el relevo, así lo expresan dos jóvenes cirujanos que laboran allí actualmente.
El Lenin, como muchos lo solemos llamar, avanza a ritmo acelerado, reconocido por sus intervenciones quirúrgicas, la constancia en la Unidad de Cuidados Intensivos, distinguido por su Centro Oncológico Territorial, demandado por la maternidad, una de las más grandes y complejas del país; eminente por el quehacer del servicio de Cardiología y notorio por el trabajo en la atención a la pareja infértil.
Aunque siempre habrá indicadores que mejorar la meta continuará siendo brindar un mejor servicio a la población. Se trata de 58 años de labor ininterrumpida que marcan pautas para que su numeroso colectivo de trabajo continúe comprometido con la salud de la población holguinera.
