Oladis Mayo Carralero es una avezada profesional de las ciencias farmacéuticas, labor que asume con el mayor de los placeres. “Me gusta lo que hago, asegura, y lo que bien se aprende, insiste, jamás se olvida”.
Sus primeros pasos los dio en la farmacia principal de Buenaventura, en la que llegó como novata pero que supo adentrarse, y de qué manera, para adquirir conocimientos y habilidades en un oficio hasta entonces desconocido por completo. “Llegué a esta carrera gracias a un curso para jóvenes sin vínculo laboral se me da la oportunidad de estudiar y no lo dudé. En la farmacia principal aprendí mucho como dependienta, es un trabajo que poco a poco te adentra al mundo de los medicamentos tienes que estar pendiente de cada receta, de cumplir con lo reglamentado para el control de los medicamentos, es agotador sobre todo en una etapa en la que existía un cuadro de fármacos más completo pero que agradezco porque aprendí trabajando.”
Luego se abrieron nuevas puertas que la llevaron a otras labores más retadoras. “Me trasladé a la farmacia de turno permanente también aquí en Buenaventura, pero ya no como dependienta sino al frente de los medicamentos controlados los populares Tarjetones, un programa de una gran responsabilidad el que asumí el reto y lo pude ejercer sin dificultad hasta que en el año 2006 se me dio la posibilidad de trasladarme al hospital municipal Nicodemus Regalado León como Especialista Principal de Medicamentos y aquí estoy hace 18 años, asegura sonriente y satisfecha”.
“Mi responsabilidad aquí es mantener el buen funcionamiento de la farmacia hospitalaria. Es una labor que me permite poner en práctica todo lo que aprendí en la Licenciatura, en las anteriores tareas, para mantener las fiscalizaciones y todas las normas de control que exige la institución, en este empeño me acompañan 6 licenciados que rotan en turnos de 12 horas para lograr que los pacientes tengan lo que necesitan en el momento indicado.”
Y en ese incesante batallar en las ciencias farmacéuticas ya han transcurrido cerca de 3 décadas en las que no solo Oladis ha demostrado la pujanza de una mujer empoderada, amiga y servicial.
Su oficio la hecho trascender fronteras y entregar a tierras hermanas como Venezuela lo aprendido en una profesión que ante todo tiene mucho de sensibilidad y amor para ofrecer hacia quienes buscan alivio a sus dolencias.
Por eso sonriente, manifiesta sentirse feliz de lo logrado y agradece cada oportunidad que le ofrecieron para superarse y aprender. “Como toda profesión tiene sus particularidades y luego que te adentras, la conoces, te das cuenta que es un mundo fascinante y no te apartas jamás, y es esa pasión que hoy me hace aprovechar la oportunidad para exhortar a los jóvenes que se inician o los que ya aseguran prestaciones para seguir ganando el respeto y el cariño del pueblo que detrás del mostrador o en instituciones médicas merecen siempre la mayor muestra de profesionalismo y amor.
