Hace solo unos días volví la mirada hacia un sitio que por más que lo observo siempre me transmite imágenes y recuerdos de una mujer entregada por entero a la causa revolucionaria. Y digo hace unas horas porque fue en mi reciente visita a una de las sedes de la Universidad de Holguín, en la otrora Escuela de Trabajadores sociales, ahí está su imagen en la plaza más céntrica de la institución, me refiero a Celia Sánchez Manduley .
“Celia la flor más autóctona…” es sin dudas el mural más celebrado y asistido por la comunidad de la sede universitaria. Con la función primaria de rememorar personalidades, se encuentran los murales dedicados a Ernesto Ché Guevara (obra del pintor Enrique Ávila) y Camilo Cienfuegos (a cargo de Argelio Cobiella). Otorgándole significación al área donde se encuentra la tarja a Celia Sánchez, enfatizada por la disposición de los elementos de la bandera cubana con un estilo alusivo al paisaje cubano, se encuentra el tercer mural del conjunto, que estuvo a cargo del Miembro Honoris Causa de la Universidad de Holguín, el reconocido pintor Cosme Proenza.
Y es que ese rostro con mirada firme y a la vez compasiva y sensible, y esa mariposa en su cabello delatan lo que siempre fue, una mujer tierna, valiente y osada en cada una de sus decisiones.
Registrada con el nombre completo de Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley, nacida en Media Luna, fue una combatiente revolucionaria, una cubana que nunca supo de miedos y temores , con total valentía integró el Movimiento 26 de Julio desde donde organizó por orientaciones de Frank País la red clandestina de campesinos que fue vital para la supervivencia de la guerrilla dirigida por Fidel Castro, la misma que aquel 2 de diciembre de 1956 desembarcó por el sur del Oriente y que se convertiría poco después en el Ejército Rebelde.
En la Sierra Maestra contribuyó a la creación del pelotón de mujeres combatientes Las Marianas, una idea totalmente apoyada por Fidel Castro. Aquellos años decisivos de la historia de la Revolución aparecen impregnados con el ejemplo de su vida, abnegación, pasión, cariño hacia los trabajadores y lealtad a la causa del pueblo.
En los días gloriosos del triunfo de la Revolución, ya había ganado la total confianza del máximo líder de la Revolución cubana, además de haber dado muestras de lealtad y heroísmo. Esta extraordinaria mujer se mantuvo siempre activa y dispuesta a ocupar diferentes responsabilidades, las que cumplió con total compromiso y entrega, entre ellas la de Secretaria del Consejo de Estado y diputada a la Asamblea Nacional, por Manzanillo. Fue la creadora de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado y miembro del Comité Central del Partido.
Como olvidar su extraordinaria preocupación por las inquietudes, opiniones y problemas del pueblo. Como expresara el Doctor Armando Hart Dávalos “ Nunca relegó a un plano de segundo orden el interés de su nexo inmediato con la población. Para ella no había cuestión más importante que promover y desarrollar dicho vínculo. Pero no le bastaba mantener esa conducta se interesaba también por que los cuadros de dirección del Partido y el Estado se relacionaran con la población y trataran muy concreta y directamente los problemas sobre los cuales tenían responsabilidades”.
Celia partió un día como hoy pero de 1980, y a esta excepcional combatiente hay que situarla siempre como genuina representante de la obra inmensa que es la Revolución, la misma guerrillera que dejó su impronta en su pueblo que la recuerda como eterna defensora de los más humildes.
Referencia : Imagen y fragmento 2 tomados del Sitio Universidad de Holguín -Obras de nuestro patrimonio: murales de la sede Celia Sánchez -de Lenna Labrada Maceo.