Maestras y alumnos del Centro de Primaria “Luis Felipe Gutiérrez”, La mujer cubana ha demostrado a través del tiempo que no hay tarea difícil en la que no pueda dar su aporte, aún en las peores circunstancias, desde las mambisas Mariana Grajales, Isabel Rubio y Ana Betancourt, hasta las que lucharon en la última etapa de la guerra de liberación como Celia Sánchez, Vilma Espín y Melba Hernández, por mencionar sólo algunas.

En estos tiempos difíciles que vivimos los cubanos, también las mujeres dicen presente al llamado de las máximas autoridades del país para cumplir tareas importantes en los diferentes sectores de la sociedad, que permitan solventar, en alguna medida, la  situación por la que atravesamos y seguir luchando por mantener las principales conquistas de la Revolución.

Tal es el caso de tres maestras del sector educacional que se acogieron a la jubilación y se reincorporaron inmediatamente a sus aulas para seguir aportando su sabiduría y  experiencia en la formación del hombre nuevo.

En u visita de trabajo de este reportero al Centro de Primaria “Luis Felipe Gutiérrez”, ubicado en la zona de Irene, conocí de la presencia en la sesión de la mañana de tres marianas de estos tiempos, sí, tres maestras que laboraban en sus respectivos grados, las cuales son jubiladas y reincorporadas a sus respectivas aulas.

La primera de ellas me recibió en su aula cortésmente, al igual que sus alumnos, pues se pusieron rápidamente de pie,  es Luznaby Collazo Domínguez quien labora con el primer grado en esta institución educativa, y con 52 años de experiencia en el sector, según me cuenta con sólo 16 años se incorporó a la docencia en el 1971 en  la escuela Eladio Hernández de la localidad de La 70, actualmente perteneciente al Consejo Popular de “La Jíquima”. Al ser interrogada sobre los recuerdos de aquellos primero años acotó:

“…Todavía están frescos en mi memoria, aunque ha pasado más de medio siglo, yo era casi una niña pero siempre me gustó el magisterio, yo vivía en Ojo de Agua y tenía que ir a pie hasta La 70, pero a pesar de que eran tiempos muchos más difíciles que ahora los recuerdo con mucho cariño pues las familias y los niños eran muy humildes pero disciplinados y las madres, sobre todo me ayudaban mucho, me siento feliz de haberme iniciado como maestra y estar trabajando todavía y haber contribuido a la formación de varias generaciones de estudiantes en estos largos años de trabajo, seguiré hasta que las fuerzas me acompañen porque los compañeros y la familia de mis estudiantes me han acogido con gran amor…”

Maestra Luznaby Collazo Domínguez

El segundo grado de este centro educativo es atendido en el presente curso por otra de las Marianas de estos tiempos, Oelia Sosa Aldaya, quien se jubiló con 35 años de trabajo y se reincorporó a este  hace 15 para un total de 50 años en el sector educacional. Con una alegría inmensa, que delatan sus ojos humedecidos, me habla de sus inicios como maestra.

“…Yo inicio mis labores como maestra en el Centro Escolar Rigoberto Mora Aguilera, bajo la dirección del querido Frexes Concepción, una persona maravillosa y muy querida por todos, con el cual aprendí el arte de enseñar, luego me fui a Viviendas Campesinas de Mir, laboré durante un curso y de ahí me trasladé a la escuela Eliseo Reyes de Los Moscones donde permanecí durante varios períodos lectivos, centro del cual guardo gratos recuerdos porque fue mi segunda casa. Luego retorno a Rigoberto Mora donde me llegó la jubilación, Rápidamente me reincorporo en este centro Luis Felipe Gutiérrez en el cual llevo 15 años aportando mis conocimientos después de jubilada y donde existe un colectivo maravilloso, muy unido y un gran apoyo de los padres y donde pienso estar hasta que las fuerzas me acompañen…”

Maestra Oelia Sosa Aldaya

Ya transcurridas casi dos horas aproximadamente de estar en esta bella instalación y durante el recreo de los educandos, me atendió la maestra más longeva de este centro educativo y quizás  del territorio calixteño, la Mariana mayor, María Cisneros Soto con 77 años de edad, de ellos 60 dedicados a la enseñanza, se dice fácil pero no lo es, ella labora actualmente con el tercer grado. De carácter afable y hablar pausado me contó que recuerda bien el año cuando dio sus primeros pasos como educadora pues fue en el 1963, el año del Ciclón Flora. Interrogada sobre  lo que significa haber laborado tanto tiempo en esta difícil pero importante labor de enseñar me argumentó..

“…A mí desde muy pequeña me gustaba ser maestra, tal es así que con sólo 17 años mis padres me autorizaron y empiezo a dar clases en la localidad de Santa Inés viviendo en Holguín, pero allí me acogió  como una hija una familia muy buena y eso me ayudó mucho en mis inicios. Para mí ser maestra es todo, mi vida no la concibo fuera de esta profesión. Siempre me ha gustado trabajar con los grados inferiores para enseñar a los niños a leer, a escribir a comportarse en la vida por eso después de 39 años de labor me jubilé y rápidamente me reincorporé y ya llevo 21 años de nuevo en las aulas, yo nací para ser maestra y me moriré, cuando me toque, siendo maestra…”

Maestra María Cisneros

Con estas bellas palabras de María Cisneros Soto y lo expresado por las otras dos maestras jubiladas que aún retumban en mis oídos, me despido de ellas y del resto del colectivo convencido de que no hay tarea por difícil que sea que la mujer calixteña no sea capaz de enfrentar. Con Marianas como estas la continuidad de una de las conquistas más preciadas de nuestra Revolución, la Educación, perdurará por siempre.

 

 


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