Aprovechando el tiempo libre y con el objetivo de acercar nuestros lectores a temas que puedan resultar de su interés, damos apertura a esta sección, la cual iniciamos con esta interrogante: ¿qué son los mitos o las leyendas?.
De acuerdo con la Real Academia Española, un mito es una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico.
En nuestro municipio de Calixto García existen varias de estas creencias, entre ellas: La mujer de blanco, El jigüe de Misael, El duende de Ana Lola, El niño y el cazador, y la Perfumada de la loma de Las Mantecas, siendo estas dos últimas las más populares.
Se cuenta que a principios del pasado siglo, en la zona del actual Sabanazo, apareció muerto un niño de unos diez años nombrado Armando Mendoza Tornet, solo se supo que había fallecido de un disparo.
En el Cementerio del barrio de Las Mantecas, donde fue sepultado, sobre su tumba fue colocada por manos desconocidas una lápida de mármol con la imagen de un cazador apuntando a un árbol.
Desde entonces y hasta nuestros días se escucha la leyenda, y al llegar al mencionado campo santo, es obligado acercarse al misterioso panteón.
Por coincidencia otro de los más llevados y traídos Mitos de esta geografía holguinera, tiene por escenario el sur calixteño.
Como es conocido a mediados de la centuria pasada fue construida en la cima de la loma de Las Mantecas una edificación donde el gobierno de Fulgencio Batista instaló una microondas.
Cuentan los vecinos de esa barriada que desde la mencionada edificación sale una mujer al camino sin dejarse ver el rostro, muy esbelta, de pelo largo y negro, con un vestido de igual color y ceñido al cuerpo.
Según los testimoniantes, la dama camina a un paso muy rápido en dirección a Buenaventura y por mucho que los transeúntes se han apurado en bajar la pendiente, no han podido darle alcance. Cuentan además que a su paso deja un estela de perfume muy fuerte y lo mismo ha sido vista de día que de noche.
Hasta aquí por hoy, en un próximo encuentro escribiremos sobre los aplausos y les adelanto que entre los aplausos más sonados y extensos que he escuchado está el ofrecido hace unos lustros a un calixteño en una pista de Rodeo.