Hay maestros que trascienden en el tiempo por su sabiduría, por la simpatía que ganan en las relaciones con sus educandos y la familia.
Paradigma en estos menesteres es la maestra Elba González González, quien sigue aferrada a la pizarra y la tiza a pesar de que por más de 50 años abrazó desde el aula el aprendizaje de sus alumnos ; y si bien no se reincorporó al espacio mágico de la escuela es porque la salud no se lo ha permitido.
Siendo apenas una adolescente y con solo haber terminado el nivel de la educación primaria, Elba no cejó en su empeño como educadora y se sumó a la docencia, aportando maestría y amor a la pedagogía.
En el humilde barrio de Los Itabos de este municipio de Calixto García inició sus labores esta querida maestra que recuerda con añoranza a aquellos alumnos que hoy cuentan entre los abuelos agradecidos.
Para esta eterna educadora Elba González González enseñar y educar precisa de mucho tiempo, el suficiente para que el maestro conozca las interioridades de sus educandos y de la familia, para adentrarse con éxito en el arte de enseñar y educar.
Y bien lo dijo el pensador y filósofo cubano José de la Luz y Caballero en uno de sus aforismos, “quien no sea maestro de sí mismo no será maestro de nada”RR, y en otro añadió, “Háganse respetables los maestros y serán respetados”.
Esta dedicada e inteligente maestra aún guarda en su memoria valiosas páginas que nutren su experiencia pedagógica para transmitir con luz propia a las nuevas generaciones .