Hija fiel, abuela esmerada y madre ejemplar
Cada segundo domingo del mes de mayo en Cuba y muchos otros países del planeta, se desparrama el amor hacia el ser humano más leal, comprometido y responsable, que habita en el planeta tierra.
Cada segundo domingo del mes de mayo en Cuba y muchos otros países del planeta, se desparrama el amor hacia el ser humano más leal, comprometido y responsable, que habita en el planeta tierra.
Temas medulares del activismo sindical marcaron la agenda de la asamblea 22 Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) efectuada en el cine Moscú de Buenaventura, en el municipio de Calixto García, como parte del inicio de este importante proceso en Holguín.
Rigoberto Mora Aguilera es un mártir de nuestro territorio y si bien algunas fuentes sitúan su muerte el día 28 de este mes, quien fuera su mayor biógrafo, primo y amigo, el ya desaparecido historiador y poeta, Esteban Reyes, la situaba un día como hoy de 1958.
Entregar las tierras a los que la trabajaban era una de las promesas hechas por la dirigencia de la Revolución. En el municipio de Holguín, y en nuestro territorio en específico, predominaban fincas menores de cinco caballerías, pero había también grandes fincas pertenecientes a familias pudientes, terrenos del Estado que habían sido usurpados y propiedades de compañías extranjeras. Estas últimas fueron nacionalizadas rápidamente. Buena parte de las propiedades se dedicaban a la ganadería y a los cultivos varios, los montes eran ya insignificantes. Los campesinos agrupados en la Asociación Campesina “Frank País”, que persuadió a los labriegos de no ocupar tierras antes que se promulgara la legislación, solicitaban insistentemente la solución inmediata del problema de la propiedad de la tierra. Un ejemplo de las injusticias que aún pervivían y las esperanzas en el nuevo Gobierno es esta carta, que desde el cuartón de Guayabo enviaba un campesino a la redacción del periódico Norte, en julio de 1959:
Amalia María Araújo Cruz es una pionera que cursa el tercer grado en la escuela Luis Felipe Gutiérrez de la barriada de Irene que ama la poesía y disfruta cada momento en que sube al escenario a declamar sus versos.