Que se tenga noticia la comunicación entre los seres humanos existe desde  la prehistoria porque  fue una exigencia inevitable: conocer lo que me quieres decir o trasmitir mi mensaje de una manera u otra.

 En los inicios, la comunicación era de manera rústica, golpes de tambor, señales  de humo, y otras variantes situadas para avisar de un peligro inminente, o para la celebración de un acontecimiento en la tribu;  se suman los gestos corporales o visuales, claro está sin emitir aún articulación de palabra alguna porque el medio  de fonación no  tenía el desarrollo suficiente para tan siquiera decir: Buen día, buenas tardes, te quiero  , qué deseas? Etcétera.

 Porque ahora los tiempos para la comunicación, DIGO YO, son muy distintos a la Edad de Piedra . al Nerdental, a la Edad Media, sí , a los inicios del HOMBRE.

 Pero tal parece que ahora, sí ahora, se ha producido  un retroceso, en algunas personas, en la comunicación verbal  y NO verbal, me explico,  en esa que es de frente, de tú a tú, y en la que tienen que ver  los gestos, el movimiento corporal a la que de igual manera se le denomina: VISUAL.

 Cuando te hablo del término NO VERBAL me refiero a esos mohines, guiños que hacemos y que expresan muchas cosas que  en ocasiones, dicen más que mil palabras, ¿Es cierto o NO?

 Por ejemplo, arriba un cliente  al mostrador de una cafetería y se encuentra al empleado  conversando amablemente   con  su teléfono, pero no  atiende, a pesar de la insistencia del cliente.

 Saludas, y a cambio recibes  una respuesta  rápida, lacónica, sorprendente: ¿Qué desea?, claro, uno casi se queda indefenso, y más si en el rostro del empleado o empleador se promueve un gesto, un mohín extraño, incómodo cuando preguntas, ¿Es posible que me permita utilizar el código QR parta efectuar  el pago electrónico , mire, yo instalé el transfer móvil  con la finalidad de pagar con mi chequerita a través de esta pasarela de pago , ¿Es factible?    

 Y es ahí cuando viene el enfriamiento físico: NO, estamos en proceso o mejor, el jefe o jefa es la que maneja esa operación, ese código. Entonces el consumidor insiste, mire, está ahí, en el mostrador; y aparece la otra respuesta: “es que yo soy nueva y no entiendo mucho de eso” .

 Toda esta narración no es ficción, es pura realidad. Este periodista tiene los pies bien puestos en la tierra; escucha  opiniones diversas, coincida o no con ellas, reflexiona, vive y sufre a diario al igual que  cualquier cliente en cuestión, los descalabros, los exabruptos   que se producen en el asunto de la comunicación verbal y visual.

 Tal parece que, en este asunto, algunos han regresado, retrocedido a la Edad de Piedra , a los inicios cuando el hombre, necesitado de la comunicación acudía a recursos que hoy, tal parece, están salidos del mundo ultratumba.

 Ojalá que NO le resulte difícil al empleado, al empleador, al cliente, la comunicación fluida, directa, amable acompañada de gestos, movimientos corporales,  guiños, señas que inviten al usuario, al consumidor a regresar, gracias a una comunicación satisfactoria, de calidad, como tú esperas, como todos esperamos.

 Entonces, ¿ Es tan escabrosa la comunicación entre los seres con raciocinio  si TODOS ponemos de nuestra parte? Espero  le resulte útil este  comentario de su servidor  el  periodista José Luis Díaz Grass.                         

 

 


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