Hace pocas horas celebramos el natalicio de Ernesto "Che" Guevara, uno de los revolucionarios más famosos del siglo XX. Nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, y su vida estuvo marcada por la lucha, los viajes y sus ideales.
El Che no siempre fue guerrillero. De hecho, estudió Medicina y viajó por Latinoamérica, donde vio la pobreza y la injusticia. Esto lo marcó profundamente, ya que entendió que la salud no era su única misión: también quería cambiar el mundo.
En México, conoció a Fidel Castro, y juntos planearon la Revolución Cubana. El Che no era cubano, pero luchó como si lo fuera. Además, se convirtió en un símbolo de la resistencia, no solo por sus acciones, sino por sus ideas sobre igualdad y justicia.
Aunque murió joven (en 1967, en Bolivia), el Che sigue siendo un ícono. Su imagen aparece en camisetas, murales y canciones, ya que representa la rebeldía y la lucha por los más débiles. También, sus escritos inspiran a quienes creen en un mundo más justo.
Para muchos jóvenes cubanos, el Che es más que un rostro en los billetes o un monumento: es un ejemplo de sacrificio. Su historia les enseña que luchar por lo que crees puede costar todo, pero también puede cambiar la realidad. Además, en un mundo globalizado, su figura les recuerda la importancia de defender su identidad y soberanía.
En las escuelas cubanas, el Che es un modelo a seguir. Se habla de su ética de trabajo, su rechazo a los privilegios y su internacionalismo. También, se destaca cómo combinó la acción con el estudio, yaque fue un hombre culto que creía en el poder de las ideas. Para los niños y jóvenes, él simboliza que la inteligencia y el coraje van de la mano.
Hoy muchos lo recuerdan no solo como un guerrillero, sino como un hombre que soñó con un futuro mejor. Además, su historia nos recuerda que los ideales pueden ser más poderosos que las