Clara Miriam Fernández Peña junto a su hija Elizabeth La profesora de Literatura y Lengua Elizabeth Quintana Fernández, tiene un especial recuerdo de su madre, quien también fue maestra de raíz, " de ella hablo siempre en presente aunque no nos acompañe físicamente, maestra de niños de la primaria, de las familias de esos infantes, y claro, de sus tres hijos, de su virtud aprendí a querer más a las personas y seguí sus pasos en el aula, me hice profesora y abrazo con gusto esta decisión ".
Clara Miriam Fernández Peña apasionada siempre por sus alumnos.Clara Miriam Fernández Peña es la progenitora y maestra protagonista del relato de hoy. Vino a Buenaventura procedente de Holguín en la década de los ochenta del pasado siglo y con ella su esposo y esta hija nacida de su primer matrimonio. Llegó luego de laborar en varias escuelas de la ciudad capital de la provincia, la experiencia, inteligencia y capacidad de trabajo pronto la convirtieron en una imprescindible docente.
La profesora de Literatura y Lengua Elizabeth Quintana Fernández tiene un especial recuerdo de su madre, por eso siguió sus pasos en el magisterio.
Y sigue contándonos su hija Elizabeth, " Mi mamá se graduó de Maestra Normalista en 1960 en la escuela para maestros de Holguín, y de ahí en adelante fue dando pasos para escalar peldaños en la preparación metodológica, en la unión de las familias y logró ser jefa de ciclo allá y aquí en el entonces Centro Escolar " Rigoberto Mora" hoy seminternado. Recuerdo que siendo muy niña llegaban hasta mi casa para prepararse maestras de la talla de Mayra Diego, Ana Rodríguez, Elena y otras sobresalientes, y les daban las madrugadas analizando propuestas de objetivos, de actividades para que las clases no se repitieran porque el alumnado no era el mismo en cada curso, en ocasiones me embelesaba mirando aquel panorama de discusiones, análisis profundos y mi pensamiento de niña inquieta me llevaba a la curiosidad pero hasta un límite porque me vencía el sueño y mi buena madre me llevaba hasta la camita y de seguro aquello seguía como clases de nunca terminar, pero muy necesarias", me explica.
Por sus méritos en la docencia y en la integralidad de su labor comunitaria en la formación de las nuevas generaciones la distinguieron con las medallas de la alfabetización, la " Rafael María de Mendive", y Por la Educación Cubana.
Nuestra protagonista desde muy temprano supo de la obra transformadora de la Revolución, se afilió por convicción primero a la Unión de Jóvenes Comunistas( UJC) y luego a las filas del Partido Comunista, aún a sabiendas de que su familia de ciertas ventajas económicas, incluso antes de 1959, se oponía a su decisión revolucionaria.
Su hija Elizabeth retorna al relato, " me contaba que cuando el gobierno de Fulgencio Batista( presidente, dictador y criminal hasta 1958 que mal gobernó a Cuba) , se dedicaba ella y otros compañeros, a vender bonos del 26 de Julio, para aportar a la causa revolucionaria. Triunfa la Revolución y tempranamente abraza la causa justa, y en mil 987 participa como delegada a la Asamblea Municipal de Balance Renovación y Ratificación de Mandatos del Partido Comunista ( PCC). Por sus méritos en la docencia y en la integralidad de su labor comunitaria en la formación de las nuevas generaciones la distinguen con la medalla de la alfabetización; la " Rafael María de Mendive"; y Por la Educación Cubana". " Hasta sus últimos días mami fue consecuente con sus ideas, la cuidé y juntas colaboramos para crecernos aún en tiempos de tormenta. Lamentable, una caída provoca comprometer seriamente su salud , se deteriora cada vez más hasta que deja de respirar, perdí físicamente hace dos años, al ser más hermoso de mi existencia, la cuidé y mimé todo lo que pude, así deben hacer los agradecidos, los que salieron un día de un vientre materno y en pago le ofrecen el corazón.
Para este redactor ha sido una experiencia inolvidable haberse acercado a una historia que además de narrada no necesitó tanto de la palabra hablada, las pruebas documentales reafirman el valor de una mujer apasionada del magisterio desde el Holguín que la vio parir y un municipio, Calixto García, que la invitó a crecer en su profesión y en su compromiso con la Revolución que tanto cuidó y amó.

Clara Miriam Fernández Peña (primera a la izquierda)




