Olivia siente el placer de apreciar cada mañana el amanecer en su pueblo.
Olivia Cruz González siente un inmenso placer cuando cada día observa desde su fuente el amanecer de Buenaventura, el andar de su gente, “es un privilegio”, me asegura esta mujer que hace muy poco tocó el medio siglo de existencia.
La veo y me asombro: menuda, ágil, de porte bajo, de fácil verbo que le aproxima la facilidad de comunicarse con sus semejantes y de cuanta persona le pregunta por su familia, por sus amigos y por su trabajo.
Mantener " El parque fuente" limpio y bonito es la satisfacción de Olivia
Mujer humilde, labora desde hace algún tiempo en un oficio que no todos desean, pero ella lo defiende a capa y espada, “de barrendera en mi parquecito de la fuente de Buenaventura, ahí soy feliz”, dice y tal parece que se agiganta su estatura.
Olivia es de las vencedoras puesto que en otro centro de trabajo pone a disposición sus habilidades en la limpieza y organización de locales y así se viste con el traje de eso que está en boga ahora: el pluriempleo.
Pero Olivia es de batallar, y no de ahora, si no desde temprana edad cuando a los 17 años tuvo a Idalis, su primer retoño hasta completar siete que le han colmado de alegría con el advenimiento de seis nietos que completan su pequeña “tribu”, me dice con la sonrisa a flor de labio.
Y cuenta que casi todos sus descendientes cercanos llegaron a su cumpleaños, no todos se fotografiaron, pero arribaron para compartir con mamá, abuela, con tía, a conversar, a acordarse de que la vida tiene sus días complicados pero que a continuación de la tempestad aparece la calma, esa que tanto requerimos para vencer en medio de la borrasca del tiempo.
Disfrutar la familila es su mayor tesoro.