La humildad distinguió siempre a Ramón y lo hizo un hombre de bien.La humilde escuela del barrio campesino del Rodeo en el holguinero municipio de Calixto García acogió en sus aulas a decenas de niños que hoy responden a tantas encomiendas valiosas de la sociedad .
Desde uno de sus pupitres salió la caligrafía, el talento humano y comprometido de aquel nombrado Ramón Rodriguez Galindo, quien con el tiempo tocó la fibra humana de su familia, sus vecinos, sus amigos , y luego en sus colectivos laborales.
Llegó hasta la Universidad de Oriente y logró su título de Especialista en la producción de alimentos,aval que le sirvió para ejercerse en estos menesteres. Trayectoria que lo vínculó a la dirección de entidades dedicadas a la producción de alimentos.
Tan comprometido con su profesión se incorporó al Centro Universitario Municipal y alcanzó el título de Licenciado en Derecho.
Cuenta su amada madre Gersey que Ramón fue siempre tan amoroso que lo que más anhelaba era compartir con ella el cuidado de los animales, de la finca que heredó de sus abuelos, a la que no se dedicó por la consagración, primero en la Empresa productora de alimentos del municipio y luego en la Empresa holguinera Turquino.
Director de la Empresa holguinera "El Turquino" con excelentes resultados productivos.
Disfrutaba sus momentos más felices con su familia. Su hermana Xiomara dice que en ella buscaba la confianza, el consejo, pero que él siempre se salía con las suyas.
Alina, su esposa, fue su primera novia y cuentan que cuarenta años al lado de Ramón fueron de mucha inteligencia y paciencia, y para ella es inolvidable el arte que tenía para vestir elegantemente una mesa.
Los vecinos de Ramón agradecían cómo compartía un pedacito de carne, un dulce, una ensalada, y el primero en engalanar la fiesta de los Comités de Defensa de la Revolución ( CDR), o escuchar como delegado de circunscripción , las preocupaciones de sus vecinos.
El amor de sus tres nietos lo atrapaba y ellos lo veían no como abuelo si no como un papá, por eso eran celosos con sus pocas horas de descanso , y curiosamente Reynier,uno de sus nietos hace una anécdota "siempre llegaban muchas personas en busca de un papel para que Ramón autorizara la compra de dulces y un día , siendo muy niño tomé lápiz y papel, me senté en el portal temprano y esperé a los clientes, " ¿usted busca a mi abuelo para un kake ? tome, aquí tiene el autorizo". Documento que este nieto firmaba como si fuera su abuelo el que daba la orden.
Se juntan tantas anécdotas que son interminables en la vida de este hombre que no presumió de sus cargos , ese que le decía a su chofer, detente ahí, vamos a recoger a esa gente que a lo mejor van para el hospital o para el trabajo. Y qué decir de un viaje a la Habana por trámites de trabajo, era un pasajero más en Ómnibus Nacionales.
Ramón,junto a su querida hermana Xiomara y su sobrina Milenis.