En Cuba el 95 por ciento de la generación eléctrica depende de combustibles fósiles, recursos cada vez más escasos y de difícil acceso debido a la carencia de divisas para su importación.
Es preocupante esta estadística ya que estos recursos son cada vez más limitados y su extracción puede tener un impacto negativo en el medio ambiente.
Además, la dificultad económica y financiera para acceder a ellos plantea un desafío adicional en términos de seguridad energética y sostenibilidad a largo plazo. Es importante, entonces, explorar y promover fuentes renovables de energía como una alternativa más sostenible y menos dependiente de recursos finitos.
Una de las estrategias para reducir su consumo es el cambio de la matriz energética, cuyo programa prevé, hasta el año 2030, generar el 24 por ciento por medio de fuentes renovables de energía (FRE).
Su implementación no solo contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de combustibles fósiles, sino que promueve la innovación tecnológica y mejora la calidad de vida de los habitantes de los municipios holguineros.
Energía renovable desde Mayarí
Desde octubre de 2017 la generación de electricidad a partir de FRE dejó de ser quimera en el municipio de Mayarí, antes de esa fecha existieron pequeños aportes con plantas hidroeléctricas que iluminaron caseríos serranos o vaquerías, pero la sequía impactaba sobre este tipo de generación en gran parte del año.
La concreción de la presa Mayarí, obra símbolo del trasvase Este-Oeste de esta región oriental, facilitó el uso estable de las aguas para la generación de electricidad, con aportes significativos, según destacó a este medio Eduardo Enrique Gálvez de Fuentes, director de la Empresa de Fuentes Renovables de Energías en Holguín (EMFRE).