Hace algunos años, en una canción dedicada a mi papá, escribí: “Dice la tía María, dice la prima Cristina, dice la abuela Graciela, dicen que padre es cualquiera”, más adelante señalaba: “falsa la teoría mi amigo, falsa y bien alocada, padre tesoro divino, padre palabra sagrada…”
Es cierto que los desvelos de una madre por un hijo son incomparables, pero también es innegable que existen millones y millones de progenitores en todo el planeta que se desvelan por sus retoños.
Aquí, en Radio Juvenil, donde llevo más de tres décadas laborando, he tenido el orgullo de compartir con muchos de ellos: Donald, Eduardo, Mariano, Lazarito, José Manuel… unos con más experiencia, otros, como Pepe, con menos tiempo en el delicado bordado de la vida, pero todos muy atentos en la protección, el amor y la enseñanza cotidiana de hábitos correctos de buen andar.
Volviendo a la canción, compuesta para una fecha similar a la que disfrutamos hoy, expresaba: “Padre querido, padre del alma, esta es tu fiesta, el bello encuentro con la familia que tanto te ama, que te agradece las enseñanzas y los consejos, que no le importa que peines canas y estés más viejo…”
Esta fue una de las maneras de expresarle a mi progenitor la eterna gratitud por la semilla sembrada, en cuanto a los valores elementales de un ser humano.
Cuando escribo estas líneas pienso en el ejemplo de muchos padres que forman un pedestal ilustre en la historia universal. Pienso de igual manera en pasajes de la vida del hijo ilustre de mi Cuba, el Maestro José Martí. Recuerdo su idolatrada devoción por su vástago Julián y por el hombre que lo engendró Don Mariano de los Santos Martí y Navarro quién había nacido el 31 de octubre de 1815 en Valencia, España, y murió el 2 de febrero de 1887 en La Habana. Aprendió Martí de su padre a ser ordenado y puntual, a hacer bien las cosas y a resistir las más difíciles labores en cualquier tipo de trabajo.
Y en cuanto al Comandante en Jefe, se haría interminable este trabajo para hablar de sus virtudes como padre. En una crónica que escribiera el extraordinario músico Frank Fernández, señaló: "Fidel es un padre, un hermano mayor, una fuerza que como el agua, corre mansa y dulcemente en los arroyos y cuando se engrandece en los océanos, se convierte en poderosa, como uno de los elementos más telúricos de la naturaleza; un guía, un sabio, un guerrero, que consideró la cultura como un arma poderosa en defensa de la Patria”.
