Hace siete  años el mundo vio partir al Comandante  en Jefe Fidel Castro Ruz, uno de los más grandes hombres que ha parido la Patria,  catalogado por muchos como el genio visionario de la humanidad.

Para hablar de Fidel   no serían suficientes dos o tres cuartillas, se necesitarían miles de páginas y nos quedarían deseos de seguir hablando de ese hombre excepcional que supo consagrar lo mejor de su vida a su patria y a su pueblo.

Y no se trata de culto a su personalidad, sino un reconocimiento a su brillante hoja de vida y a su incansable trayectoria revolucionaria   que puso a favor de los humildes, no solo de Cuba, sino también de otras naciones que vieron en su impronta el camino que los llevaría a la verdadera libertad.

 Hoy recordamos al joven  que al ingresar a la Universidad de La Habana vería crecer su interés por las causas sociales, hoy   recordamos al  Fidel curioso, deportista  que  a través de su apoyo al deporte cubano logró convertirlo   en  referente latinoamericano en materia de  competencias olímpicas.

Hoy recordamos al eterno Comandante cuyos desvelos por construir un país mejor lo llevaron a recorrer los lugares más recónditos  de la geografía cubana, para chequear programas agropecuarios, hidráulicos, sociales , de la industria alimentaria, el turismo , por solo citar algunos  ejemplos .

Fidel nos enseñó que la revolución no se hace solo con armas, sino que la verdadera revolución es la unidad del pueblo. Así también lo recuerdan en el mundo entero  no solo por quienes recibieron  sus enseñanzas históricas, sino  por quienes también, gracias a las circunstancias y la batalla contra las injusticias, lo conocieron como un amigo leal a sus principios.

Quizás no haya en el mundo un hombre que fuera capaz de anticiparlo todo, incluso hasta la propia muerte porque meses antes de su partida había asegurado que estaría junto a su pueblo, solo hasta sus noventa años, lo dijo, y así fue. Claro, que su viaje a la eternidad, no fue un viaje cualquiera, fue un viaje a la inmortalidad.

Los grandes hombres, como Fidel, se despiden de su pueblo, pero su legado nos acompaña cada día, en las más difíciles adversidades para ayudarnos a seguir  perfeccionando  la obra por la que tanto luchó.

Por ello a  siete años de su partida física, que mejor homenaje que seguir su ejemplo, y recordarlo  con: lucha, con amor y con la  humildad   que siempre lo caracterizó.  Y qué mejor para despedirnos   que los versos de Raúl torres que

 Hombre, los agradecidos te acompañan
Como anhelaremos tus hazañas
Ni la muerte cree que se apoderó de ti...


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