Ocho años se cumplen hoy de la partida física de un hombre humilde, extraordinario, amigo, sincero, pensador y protagonista: Hugo Rafael Chávez Frías.
Se fue a la infinitud donde se reúnen los buenos, los que aún, después de muertos, dan luz, indican caminos.
Pero Chávez, como dice la canción que es un himno, “nadie piense que se ha ido, solo se fue un momentico a la misa y va a volver con Sandino, con el Che, Martí, Bolívar”.
A Chávez se le recuerda por su ejemplo de combatiente de la primera línea. Lo mismo con el fusil, que reunido en plazas colmadas de banderas, de pueblo, de jóvenes expectantes de sus palabras de futuro, y ahora en que su Patria Bolivariana sufre la agresión del águila del Norte más que nunca su fe en la victoria ilumina senderos.
Comunicador excepcional, impresiona su manera de llegarle a su pueblo con la palabra precisa, vigorosa, defensora de la independencia y la soberanía, matizados sus discursos con canciones patrióticas que atraían, como un imán, a una audiencia deseosa de conocer, a todo un pueblo decidido a transformarse para bien.
Y era él, riguroso, exigente, lector incansable, que se nutría de la sapiencia de sus ancestros. El que rompió protocolos con su peculiar habla, con sus gestos, con el abrazo a su gente amada que lo distinguía y lo trataba con una pasión extraordinaria.
Así fue Chávez. El que creó sus propios códigos para la comunicación inmediata con su pueblo y con la América toda. Palabra inteligente, de trayectoria para ahora y para los tiempos que están por venir, de este Comandante que hoy cumple ocho años de su partida física y que los patriotas de esta Isla reconocemos en él “al mejor amigo de Cuba”, como afirmara Fidel Castro, otro grande de la historia latinoamericana.