Aunque el pelotón 1 columna 14 del IV Frente Simón Bolívar se formó siguiendo orientaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro, en los últimos días de agosto y principios de septiembre de 1958, para un grupo importante de sus integrantes su vinculación con el llano tiene una larga raíz. La historia de esos combatientes en cierta medida es la historia misma de la lucha en el llano. Varios de sus integrantes formaron parte de las tropas de Orlando Lara. Al referirnos a los llanos en este texto queremos decir el territorio donde operaron las fuerzas del IV Frente Simón Bolívar.
El pelotón estaba integrado originalmente por unos 35 combatientes (1) de ellos por los menos 22 formaron parte de la tropa de Orlando Lara. Este oficial rebelde en junio de 1958 se trasladó con gran parte de sus hombres a la Sierra Maestra. Allí tomó parte en la lucha contra la ofensiva enemiga en el verano de ese año. Esto favoreció a esta fuerza, pues creó un sentido de cohesión muy poderoso y además eran combatientes acostumbrados a vivir en las difíciles condiciones de ese territorio. El resto de ellos procedía de la fuerza que dirigía en la Sierra Maestra el capitán Luis Crespo. La mayoría de estos eran experimentados soldados rebeldes que tomaron parte en el enfrentamiento a la gran ofensiva de la dictadura.
Por orden de Fidel un grupo de combatientes que había llegado del llano acompañando a Orlando Lara y otros que formaban parte de la tropa de Luis Crespo se reunieron en La Plata donde estaba la comandancia del Ejército Rebelde.
A diferencia de otras columnas que fueron enviadas a los llanos orientales donde se incluía una porción de alumnos de la escuela de reclutas rebeldes de Minas del Frío (2) esta fuerza quedaría formada mayoritariamente por veteranos de la guerra en el llano y en la Sierra Maestra. También el armamento era muy superior a la de otras columnas invasoras. En primer lugar todos estaban armados y relativamente bien parqueados. Todas las armas eran fusiles de guerra. En algunas tropas invasoras se incluyeron hombres desarmados y otros armados con armas que no podemos considerar propiamente de guerra como escopetas. Por ejemplo en la columna invasora dirigida por Camilo Cienfuegos (3) había 10 combatientes desarmados. En la tropa que dirigió Eddy Suñol (4) encargada de operar en el norte de oriente también habían algunos combatientes desarmados.
Esto nos puede dar una idea de la importante misión que debía de desempeñar este pelotón en los llanos orientales. Según el testimonio de uno de los combatientes: ?El propósito de Fidel era crear con nosotros un grupito que bajara a la zona del norte de Oriente a preparar condiciones para posteriormente enviar otras fuerzas (5)
No sabemos si Fidel en su comparecencia en los momentos en que se organizaba ese pelotón especificó que esa sería su misión a toda la tropa o se limitó a explicarles estos detalles de la operación a Oscar Orozco (6) y los jefes de escuadra. Pero es interesante que esta fuera era una de las más reducidas por su número que se envió a los llanos orientales. (7) El número relativamente reducido nos puede decir que estamos ante una especie de avanzada encargada de realizar una labor de exploración. Tal análisis se desprende de la orden emitida por Fidel el 5 de septiembre de 1958. En ella se especifica la zona donde debía de operar que sería ?? el territorio comprendido entre la carretera Bayamo-Manzanillo y la Costa Norte de la Provincia de Oriente? (8)
Esta fuerza debiera de realizar un recorrido por la referida zona y retornar a la Sierra Maestra e informar: ?? el estado del orden interno, la disciplina, conducta y relaciones de las patrullas rebeldes con los campesinos, armas de que disponen y todo cuanto pueda ser de interés para la Comandancia General?? (9)
Esta fuerza a diferencia de las demás columnas no debía propiamente ocupar un territorio y comenzar a operar en el, sino mas bien desplazarse por la zona asignada en el cumplimiento de una singular labor de exploración. No estamos propiamente ante una exploración tradicional del tipo militar donde la fuerza enviada debería de informar detalles sobre el enemigo, como: cantidad de tropas y medios materiales y de ser posible el plan de los contrarios. En este caso no se muestra un interés significativo por el enemigo sino más bien por la situación de las guerrillas que operaban en el llano. Como toda actuación humana, la historia de la lucha en el llano está llena de contradicciones y matices que no podemos olvidar. Desde el mismo inicio de la lucha guerrillera surgieron muy serias contradicciones entre la pequeña guerrilla que formó Orlando Lara y la dirección del movimiento 26 de julio en Bayamo.
Pero la situación más difícil era la creada por la participación de algunos políticos tradicionales opositores a la dictadura. El temor que existía era que en los momentos en que los golpes del Ejército Rebelde habían iniciado el proceso de liquidación de la dictadura algunos de estos políticos intentaran abrirse un espacio y poner en peligro la actuación vertical de la revolución. Existían dudas que grupos de guerrilleros que operaban con gran independencia en la zona acabaran cometiendo abusos de todo tipo y desprestigiando la revolución ante el pueblo y, en especial, los campesinos. Entre estos guerrilleros, según recuerda uno de los combatientes que le expresó Fidel: ?Imperaban concepciones contradictorias que originaban acusaciones mutuas de diversa índole? (10)
Por lo que Fidel tenía especial interés en obtener información de la región y situar allí una tropa que lograra neutralizar tanto a politiqueros como a grupos rebeldes que cometieran errores y abusos con la población.
Fidel se encargó personalmente de darle las instrucciones a esta fuerza para el cumplimiento de las misiones encomendadas. Raúl Cartaya uno de los miembros de la columna nos recuerda que: Nos hizo una serie de recomendaciones con relación al campesinado, la actitud de respeto que debíamos de asumir hacia sus familiares y sembrados?. (11)
Fidel les planteó lo difícil de la misión que debían de llevar a cabo: Insistió mucho sobre las dificultades del terreno, sumamente llano y con escasa protección contra la aviación; el traslado hacia esas regiones resultaba riesgoso por estar patrulladas las carreteras? (12)
En esta ocasión Fidel les plantearía un asunto que era esencial para la guerrilla para tener éxito. Uno de los combatientes recuerda aquel consejo de Fidel: No podíamos llevar a cabo ningún tipo de operación hasta conocer palmo a palmo el terreno y una vez que las planificáramos tener previstos los caminos de retirada (13)
En la organización de esta tropa se puso en evidencia lo que significaba un arma para el Ejército Rebelde y en especial el sentido muy objetivo de Fidel.
Fidel aprovechó que Lara se encontraba presente, le pidió su opinión de quien debía de ser el jefe de la tropa. El aguerrido capitán del llano propuso a Oscar Orozco. Como segundo al mando fue designado Arsenio García (14) expedicionario del Granma y miembro de la guerrilla serrana. El pelotón contaría con cuatro escuadras. Cada una de ella tendría su respectivo jefe. Estos serían: Manuel Ramírez Vázquez, Luis Gerardo García, Rafael Abreu Roche y Lorenzo Torres Pons.
Todos los integrantes de esta tropa estaban armados de fusiles de guerra con abundante parque. El arma más poderosa era un fusil Jonhson. A las 5 de la tarde del 5 de septiembre el grupo inicia su marcha hacia el llano desde La Plata.
A diferencia de los grupos de escopeteros que los recibirían en el llano y que tenían un escaso sentido de la disciplina este grupo no solo se ha fogueado en los combates en la Sierra, también que son propietarios de una absoluta disciplina que se expresa en la marcha. Cada hombre ocupa un lugar y se guarda el más absoluto silencio pese a que marchan por un territorio liberado. Se comunican por medios de señales y con un sonido que trata de imitar al que utilizan los campesinos para llamar a los puercos.
La marcha en la Sierra se hacía por un territorio controlado por completo por el Ejercito Rebelde Las fuerzas enemigas luego de la derrota que sufrieron durante la gran ofensiva de verano se mantenían a buena distancia de estos picachos El único inconveniente era la aviación, pero se marchaba por caminos protegidos por la vegetación donde un hombre no era fácil de localizar por los artilleros de las fuerzas aéreas. A esto se agregaba que en esos días se desarrollaba una perturbación ciclónica que incrementaba la nubosidad y la lluvia lo que dificultaba la acción de la aviación. Aunque esto último agregaba un martirio a esta pequeña fuerza y era la lluvia, el fango y los ríos crecidos. Para hacer peor la marcha la mayoría prácticamente no tenía zapatos. La fuerza avanza hasta un lugar conocido por Toro a donde llega alrededor de las 8 de la noche. Allí Orozco tomó una sabia decisión ??decidí esperar que pasara el temporal y los ríos normalizaran un poco su cauce?? (15)
Mientras se enviaron a cuatro compañeros a buscar zapatos. Estos debían de adelantarse y llegar hasta Repelón contactar con los miembros del movimiento 26 de Julio de ese lugar. A su vez los compañeros de Repelón contactarían con los del poblado de Veguitas quienes intentarían conseguirle esos medios y hacérselo llegar. Estamos ante el muy eficiente apoyo del clandestinaje a la guerrilla.
Los acontecimientos se desarrollan como estaba previsto. El pequeño grupo llega hasta Canabacoa. Uno de los rebeldes natural de esta comarca se queda allí en espera de la tropa para indicarle el camino que debían de seguir los otros tres continúan hasta Repelón. Contactan con un enlace del movimiento clandestino en Veguita. Poco después reciben 25 pares de zapatos.
Mientras la tropa luego de descansar en el Toro en espera de que mejoren las condiciones atmosféricas decidió continuar la marcha. Avanzan desde el Toro a Providencia por las márgenes del río Nagua y luego hasta Canabacoa. En la marcha hacia ese lugar ocurre un acontecimiento que puede ser muy peligroso en una guerrilla. El grupo de vanguardia se extravía. Han avanzado demasiado rápido y pierden el contacto con el grueso. Pasaran varias horas tratando de localizar a sus compañeros. Ya bien entrada la noche llegan hasta el campamento. La posta está a punto de hacer fuego pues salen a la retaguardia del pelotón por donde no se esperaba la llegada de tropa amiga.
Los posibles problemas que podía crear la falta de guía se ponen en evidencia cuando el compañero que hacía esa función se confunden y estuvo a punto de llevarlos directo a un campamento enemigo situado en Canabacoa. Un campesino que los ve pasar los saca del mortal error. Pero el guía los extravía de nuevo. Prácticamente pasan la noche tratando de encontrar la ruta correcta. Pero la acción de los colaboradores se pone en evidencia una vez más. Los compañeros que han ido en busca de zapatos contactan con un colaborador, en este caso miembro de familia del rebelde Mario Bruqueta que residen en un lugar llamado Los Cayos. Allí los esperan con un pequeño banquete de arroz congrí, yuca y puerco. Dos combatientes se incorporan a la tropa, Vicente Arias y Juan Cisneros. Pero tienen una baja. El jefe de una de las escuadras Manuel Lorenzo López Reyes se enferma y fue necesario dejarlo. Luego se incorporara a la tropa.
Lo que ocurre en los Cayos es todo un símbolo de lo que sería la relación de la guerrilla con la población local. Los dos combatientes que se incorporan a la tropa eran miembros del movimiento clandestino en la localidad. Pero además un primo de uno de ellos formaba parte de la tropa. Al mismo tiempo el combatiente enfermo se queda en la casa de una familia campesina que lo atiende. En este insignificante caserío se han puesto en evidencia tres factores que mayor o menor medida serán importante para la guerra de guerrillas en el llano: el movimiento clandestino, las familias campesinas y las relaciones de parentescos.
Pasan el río Buey en unos botes. Luego atraviesan la carretera de Manzanillo a Bayamo, el ferrocarril que une ambas poblaciones y se internan en las llanuras con dirección a la Sal. Avanzan y atraviesan Cabezada, la Bermeja hasta que llegan a Malaco donde acampan en la casa del campesino Ciano Montero. Este era un antiguo colaborador del Ejército Rebelde y tenía una gran cantidad de contactos en el territorio.
El movimiento de apoyo de los vecinos creados por Orlando Lara se pone en funcionamiento. Ciano no tarda en conseguirle un tractor con carretas que debía de llevarlos hasta una arrocera situada en las márgenes del río Cauto. Pero los caminos se han convertidos en verdaderos pantanos y la máquina queda ahogada en un lodazal. Los combatientes frustrados en el intento de ponerla de nuevo en movimiento continúan la marcha a pie.
El peligro es doble pues avanzan en una zona llana controlada por el ejército y en medio de grandes lodazales. En ocasiones el agua le llega al pecho. Si bien es cierto que el enemigo se encontraba con dificultades similares para desplazarse pero tenían a su favor el dominio del terreno y la acción de la aviación. Además el ejército tenía algunos poderosos medios de transporte como blindados y carros capaces de imponerse a las dificultades del agua y el lodo. No pocos de esos equipos habían sido probados en la guerra del Pacífico entre Japón y los Estados Unidos en condiciones muy adversas. Un encuentro con el enemigo hubiera sido fatal. Fue por eso la alarma que se extendió por la punta de vanguardia cuando descubrieron en la noche varios vehículos con las luces encendidas que avanzaban hacia ellos. Los rebeldes están en esos momentos atravesando un arrozal con el agua hasta el pecho y apenas pueden moverse. Los hombres se aprestan a enfrentar al enemigo con tales desventajas. Los fusiles están listos, los dedos buscan el gatillo, la tensión aumenta en la medida en que se ven avanzar los camiones. No hay duda de que son enemigos pues no es imaginable que una tropa rebelde se desplace en medio de tal desparpajo sin tomar medidas de seguridad. A punto de dar la orden de fuego, uno de los últimos camiones, en una curva del terraplén por donde avanzan, concentra su luz sobre los demás camiones. El acontecimiento ocurre, tan solo, en unos segundos, pero es suficiente para que se vean las figuras de un grupo de rebeldes dislocadas en la cama del camión. Mario Bruqueta sorprendido descubre que uno de los tripulantes del vehículo era un miembro de la tropa de Lara que participó en la invasión a Camagüey.
Este combatiente de apellido Botello con la costumbre muy criolla de hablar alto conversaba como si lo hiciera con sordos. En voz baja pero con energía Bruqueta da una orden que cambia los acontecimientos: ¡No tiren! Como en un susurro la orden va pasando de combatiente en combatiente.
Los camiones también han descubierto a los apurados y sobretodo empapados y atrapados rebeldes en el lodazal. La alarma se extiende entre los recién llegados. Pero se descubren mutuamente. El encuentro de los rebeldes aclara el mal entendido. Esta desprevenida tropa es parte de la fuerza que envió Lara a Camagüey cumpliendo órdenes de Fidel. Habían recibido instrucciones de regresar a la Sierra Maestra y se encontraban en esa tarea cuando ocurrió este encuentro. Se les informa que en la Sierra Maestra se ha creado una columna que debía de invadir Camagüey.
Esperanzado retornar a Camagüey y desquitarse de los muchos momentos desagradables que han sufrido en esa región cuando eran un grupo de escopetaros mal armados y peor parqueados continúan hacia la Sierra Maestra. Nadie podía imaginarse que varios de ellos caerían en la emboscada de Pino Tres. Las luces desaparecen en la noche La calma la oscuridad y el fango se hace dueñas de aquellas llanuras.
De noche llegan a las riberas del Cauto. El mitológico río cubano símbolo de las rebeldías mambisas. Llegan a la finca El Jardín. El administrador o mayoral de esta finca es Arcadio Peláez conocido como el Coronel. Arcadio es un fiel colaborador del movimiento 26 de Julio.
Pero Arcadio no había sido informado de la llegada del pelotón 1 por lo que esa anoche tomó la medida de seguridad que aplicaba cotidianamente. El controlaba una balsa que se utilizaba para pasar de una orilla a la otra. En el lado del río donde éll vivía situaba la balsa, le ponía candado y dejaba allí además un bote que poseía. De esa forma quien intentaba pasar el río debía de llamarlo. Esa noche los rebeldes se encontraron con tales dificultades, debían de esperar al amanecer para tratar de contactar con el ?coronel? pero tomaron una singular medida. Mario Bruqueta, pasó las oscuras aguas del Cauto a nadó y regresó con el bote. En esta embarcación pasó la tropa al otro lado del río. Desde allí se dirigió a la casa del mitológico colaborador. Camilo Cienfuegos hacía pocos días había pasado por este lugar por lo que flotaban en el aire un universo de anécdotas que siempre dejaba Camilo tras su paso. El coronel, un genuino admirador de Camilo, narró algunas de ellas.
Mientras la tropa descansaba, Orozco, Arsenio García y otros compañeros consiguen unos caballos y se dirigen a Cauto el Paso. Este era el centro de la logística de Orlando Lara mientras operó en el llano. Lara había dejado una amplia estructura de apoyó a sus tropas que ahora se pondría en función de las guerrillas que iban llegando a esta zona.
En Cauto el Paso hacen contacto con Miguel Capote y otros compañeros. Se acuerda trasladar la tropa hasta este lugar. La pequeña caballería rebelde retorna al Jardín a donde llegan de noche. Pasan allí el día siguiente y al anochecer emprenden la marcha hacia Cauto el Paso. A diferencia de la Sierra Maestra donde las tropas casi siempre se desplazan de día aquí lo hacen fundamentalmente de noche para evitar la acción de la aviación.
Cauto el paso era un verdadero paraíso rebelde. Al iniciarse la lucha Miguel Capote disponía allí de una tienda. Junto a esta tenía su casa donde residía con la familia. Muy pronto puso a disposición de la revolución todo lo que tenía. Lara estableció allí su centro fundamental de logística y su cuartel. Miguel Capote y su esposa Estrella devinieron en el símbolo de los colaboradores del llano del Ejército Rebelde.
En Cauto el Paso en una valla de gallos se establece el improvisado campamento. Los rebeldes arman sus hamacas y se entregan a un merecido descanso. La mayoría tenía los pies en un estado verdaderamente desastroso de caminar por el fango. Como rememoraba un combatiente: ?otros compañeros más que pies, tenían llagas de caminar caballerías y caballerías (16) por dentro de las arroceras con el agua a las rodillas? (17)
Esta situación hace que la estancia en Cauto el Paso se prolongó por varios días. Repuestos del cansancio comenzarían a cumplir la misión encomendada por Fidel.
El 30 de septiembre Fidel le ordena a Lara que le comunique a Orozco que se traslade hacia a zona de Gibara y parte del municipio Holguín. Según Fidel: Se va a encontrar allí con que existen algunos núcleos en formación de elementos auténticos y de otras organizaciones. Uno de los jefes que está formando esos grupos es un señor que era político y aspiró en las elecciones pasadas /.../ No hay peor cosa que los politiqueros metidos a revolucionarios. Prostituyen esto. La cuestión fundamental es que ese territorio de Gibara pertenece a la columna tuya y allí no cabe dualidad de mando, después nosotros tendríamos que cargar la culpa de los errores que esa gente cometa por allá. Orozco no debe darse por enterado de esas pretensiones. Que llegue y comience a operar. La mayor parte de los elementos que hay allí son del 26 de Julio. Si Orozco actúa con inteligencia se le pueden sumar los pocos fusiles buenos que por allí halla y agrandar la tropa. (18)
En una posdata de esa carta Fidel le insiste a Orlando Lara: P. D. Las Instrucciones a Orozco deben ser precisas y sobre todo advertirle que sea lo más diplomático posible; pero eso si, haciendo ver que el territorio pertenece a la jurisdicción de la Columna 14 del Ejército Rebelde que le ha sido asignada la zona de operaciones. (19)
Podemos considerar que Orozco se encontraba en el territorio donde combatirían en el futuro las fuerzas del pelotón 1 y ahora se disponía a cumplir la primera misión asignada al pelotón desde que se encontraba en su zona. La primera misión de este pelotón se había cumplido: trasladarse hacia su zona de operaciones. Comenzaba una nueva misión que narraremos en otro artículo.
NOTAS
1-- La cifra de integrantes del pelotón 1 que salió de la Sierra Maestra la hemos reconstruido según el testimonio de los combatientes. Podemos considerar que la cifra se encuentra entre 35 y 37 hombres. Luego en el llano se incorporaron otros combatientes.
2-- En la escuela de Reclutas de Minas del Frío se incorporaban los combatientes recién llegados a la Sierra Maestra. Allí pasaban un riguroso entrenamiento.
3-- Camilo Cienfuegos. Expedicionario del Granma. Fue un destacado guerrillero. Alcanzo el grado de comandante y jefe de una de las columnas que invadieron Las Villas. Murió en un accidente aéreo en octubre de 1958.
4-- Eddy Suñol Ricardo natural de las Cruces de Purnio en Holguín. Miembro del Movimiento 26 de Julio. Fue detenido en 1956 y logró escapar. Se mantiene en la clandestinidad hasta que se incorpora en mayo de 1957 a la guerrilla dirigida por Fidel. Llegó a capitán y fue herido en varios combates. Después del triunfo de la Revolución fue ascendido a Comandante y desempeñó diferentes cargos en el Estado cubano. Afectado por las secuelas de las heridas se suicidó en 1971
5-- Entrevista realizada a Manuel Lorenzo López Reyes (Matthews). Archivo Provincial de Historia de Holguín. Fondo IV Frente.
6-- Oscar Orozco Viltres. Combatiente de la columna 1 José Martí y luego de las fuerzas de Orlando Lara que combatieron en los llanos orientales hasta junio de 1958. En esa fecha retornó a la Sierra Maestra y participó en la lucha contra la ofensiva de verano de la dictadura. Ascendido a teniente fue designado el 5 de septiembre de 1958 como jefe del pelotón 1 de la columna 14 Juan Manuel Márquez. Herido en combate fue enviado a la Sierra Maestra. Después del triunfo de la Revolución tomó parte en la lucha contra los grupos contrarrevolucionarios alzados en el Escambray y ha cumplido misiones internacionalcitas.
7-- De todas las columnas y tropas que invadieron territorios la 16 Enrique Hart del II Frente oriental Frank País tenía un número menor que esta.
8-- Orden Militar firmada por el Comandante Jefe Fidel Castro Ruz en la Sierra Maestra el 5 de septiembre de 1958. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
9-- Orden Militar firmada por el Comandante Jefe Fidel Castro Ruz en la Sierra Maestra el 5 de septiembre de 1958. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
10-- Entrevista a Manuel Lorenzo López Reyes. Tomado de Misión especial de operaciones. Colectivo de autores Holguín Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC. Holguín, 1990 p 13
11-- Entrevista a Raúl Cartaya Hernández .Tomado de Misión especial de operaciones Colectivo de autores Holguín Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Holguín 1990 p 13
12-- Entrevista a Manuel Lorenzo López Reyes. Tomado de Misión especial de operaciones Colectivo de autores Holguín Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Holguín 1990 p 13
13-- Entrevista a Manuel Lorenzo López Reyes Tomado de Misión especial de operaciones Colectivo de autores Holguín Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Holguín 1990 p 13
14-- Arsenio García. Expedicionario del Granma y combatiente de la guerrilla serrana. Fue designado segundo jefe del pelotón número 1 de la columna 14. Al ser herido el jefe de este pelotón ocupó el mando de este. Ascendido a comandante después del triunfo desempeño diferentes cargos en el estado revolucionario.
15-- Entrevista a Manuel Lorenzo López Reyes. Tomado de Misión especial de operaciones. Colectivo de autores Holguín Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Holguín 1990 p 13
16-- Medida de tierra en la parte oriental de Cuba.
17-- Entrevista Aurelio Núñez Tamayo. Tomado de Misión especial de operaciones. Colectivo de autores Holguín Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Holguín 1990 p 25
18-- Carta De Fidel Castro Ruz a Orlando Lara de fecha 30 de septiembre de 1958. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
19-- Carta De Fidel Castro Ruz a Orlando Lara de fecha 30 de septiembre de 1958. Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.