Rogelio Velázquez, luego del triunfo del 1 de enero del 1959, ha mantenido una activa labor en diferentes tareas al lado de la Revolución. Foto: Autor
La creación del IV Frente Simón Bolívar por orden del Comandante en Jefe Fidel Castro, el 4 de noviembre de 1958, es recordada por protagonistas de ese hecho acontecido durante la ofensiva que derrocó al dictador Fulgencio Batista.
Esta fuerza guerrillera operó, fundamentalmente, en la zona comprendida ente Bayamo, Las Tunas y Holguín, en la antigua provincia de Oriente.
La estructura militar del Ejército Rebelde en el llano estuvo integrada por las columnas 32, la 12 y la 14, esta última al mando del entonces Capitán Orlando Lara.
La Columna 14 contaba con tres pelotones, entre ellos el número 2, dirigido por el Capitán Cristino Naranjo Vázquez, al cual se incorporó Rogelio Velázquez Pérez, uno de los fundadores del frente militar.
Este combatiente, natural de la zona de Jagüeyes, próximo a Buenaventura, en el municipio holguinero de Calixto García, a sus 75 años de edad, comparte hechos y momentos de esas luchas del pueblo cubano.
¿Cómo se inició Rogelio en esa gesta revolucionaria?
Tenía en ese entonces menos de 20 años de edad, eran tiempos difíciles, la injusticia campeaba en el campo y la cuidad. El presidente Batista casi había hecho legal el asesinato de personas inocentes, todos estos factores influyeron en mi persona para la búsqueda de una solución a los problemas. Fundamos en la clandestinidad la primera célula del Movimiento 26 de Julio en Buenaventura.
¿Cuándo se incorporó al Pelotón de Cristino Naranjo?
Después de varios intentos de alzarme y de haber pasado por algunos grupos en la manigua, llego al pelotón del Capitán Cristino Naranjo el 28 de julio del año 1958. Él tenía el campamento en un lugar llamado Pavón, cerca de Puchara, más allá de Tasajera después del Salvial y La Militar, en la llanura del Río Cauto.
¿Cuál fue la primera prueba de fuego después de alzarse?
Mi primera acción combativa como miembro efectivo del Ejercito Rebelde la realizamos en un lugar del ferrocarril entre Bayamo y Río Cauto. Era por la tarde y atacamos el tren porque ahí viajaban 10 ó 12 soldados bien armados, quitamos un riel de la línea para descarrilarlo, pero no conseguimos el objetivo, el tren no se descarrila, sale de la emboscada que teníamos preparada y da tiempo a que el enemigo tome posiciones, no pudimos capturarlos y nos retiramos con un herido.
¿Cuáles fueron los hechos posteriores?
Antes de contestarte la pregunta tengo que confesarte que en el primer encuentro con el enemigo sentí temores, y porque no hasta miedo, pero lo vencí en las acciones combativas que se sucedieron, el ataque a la patrulla de Naranjal en la carretera de Holguín-Bayamo. En Holguín entramos a sabotear las elecciones el 2 de noviembre del 58, luego volvimos a entrar por Pueblo Nuevo y volamos los tres tanques de 50 mil litros de gasolina cada uno de la compañía americana SHEELL. También atacamos el cuartel de San Germán y el de Limoncito próximo a Monte Alto.
¿Dónde te sorprendió el triunfo revolucionario el primero de enero de 1959?
El hecho impactó fuertemente en todo nuestro pueblo, nosotros regresamos de Jiguaní el primero de enero de 1959, lo festejamos en Babiney, un pobladito al lado de la carretera central entre Cauto Cristo y Bayamo. Todavía puedo recordar los rostros sonrientes y hasta sentir hoy la alegría de todos.