El Comandante Delio Gómez durante la presentación del libro La victoria de los caídos, en Holguín. Foto: A. BetancourtLeí, días atrás, un diario de República Dominicana que la primera misión internacionalista cubana de apoyo a los revolucionarios dominicanos fue el inicio de la lucha en ese hermano país que posibilitó el derrocamiento de la sangrienta tiranía de Rafael Leónida Trujillo.
Ese histórico hecho se inició en la provincia de Holguín, de donde salieron los combatientes cubanos y dominicanos, y fueron sus jefes un holguinero y un quisqueyano, el Comandante Delio Gómez Ochoa y el Capitán Rafael Jiménez Moya. A ambos los conocí personalmente, a Delio en Holguín como Comandante del Ejército Rebelde tras el triunfo de la Revolución, y a Jimenez Moya en Palma Soriano cuando aun se combatía en esa ciudad el 25 de diciembre de 1958.
El combatiente dominicano había llegado a Cuba, procedente de Venezuela en el avión que trajo a Cuba las armas que los revolucionarios venezolanos enviaron al Ejército Rebelde y que aterrizó en los primeros días de diciembre de 1958 en Cienaguilla, Campechuela, en un improvisado campo de aterrizaje en ese lugar de la Sierra Maestra, sitio que visité en los primeros meses luego del triunfo de la Revolución cubana el Primero de Enero de 1959.
Delio Gómez Ochoa era uno de los revolucionarios miembro del Movimiento 26 de Julio, que tras cumplir misiones en la lucha clandestina se incorporó al Ejército Rebelde en el que luego de su ascenso a capitán fue designado por el Comandante en Jefe Fidel Castro para conformar el IV Frente Oriental, que abarcaría los territorios desde Holguín, Puerto Padre, Manatí y Las Tunas y ascendido para esa misión al grado de Comandante del Ejército Rebelde, encargado de organizar las distintas fuerzas que operaban en esas zonas del Norte de la antigua provincia de Oriente bajo un solo mando:
En ese ínterin, también cumplió una delicada misión encomendada por Fidel Castro en La Habana a donde se trasladó desde la Sierra Maestra. Misión que tenía por finalidad resolver asuntos relacionados con el Movimiento 26 de Julio allí. Retornando a Oriente para ocupar el Mando del IV Frente donde ya sus combatientes habían librado acciones como la toma del cuartel de la guardia rural en Mir, así como otras en el actual territorio de Las Tunas y en Buenaventura, incluyendo el histórico combate de La Presa, en la zona de Cacoyugüín, en las cercanías de Holguín, donde operaba el compañero Eddy Suñol y allí por primera vez integrantes del pelotón femenino "Mariana Grajales" peleaban con eficacia contra soldados de la tiranía batistiana.
Ahora, en la recién concluida Feria Internacional del Libro, el Comandante Delio Gómez Ochoa, regresó a su natal Holguín, para presentar su libro ?La victoria de los caídos?.
En "La victoria de los caídos" Gómez Ochoa narra cómo fue preparada la misión a Santo Domingo, el desembarco y quiénes eran los participantes, el descalabro de los expedicionarios y otros hechos, que aun cuando no alcanzaron el objetivo inmediato sembró es espíritu de combate en República Dominicana que llevaba años bajo la férula del sátrapa Trujillo quien, por su parte había organizado tras el triunfo de la Revolución un desembarco aéreo con decenas de esbirros y contrarrevolucionarios en la zona de Trinidad y que fueron capturados sin combatir gracias a la capacidad del propio Comandante Fidel Castro, y también había recibido al tirano Batista tras su derrocamiento el Primero de Enero de 1959.
Delio Gómez, vestido con el uniforme verde olivo y con los grados de Comandante del Ejército Rebelde, no es ya aquel joven bien parecido y apuesto que conspiraba y se alzó en la Sierra Maestra. Es un venerable anciano con problemas de salud y utiliza permanentemente un bastón, pero mantiene una gran lucidez evidenciada con las descripciones de los hechos y señalando las fotos y documentos que aparecen en su libro.
Sufrió muchos años de prisión en Dominicana en donde oficialmente es considerado como Héroe de ese hermano país, pero no olvida su origen holguinero y comparte sencillamente con viejos y nuevos conocidos.