Monumento del IV Frente en el poblado de Mir. Foto: Amauris Betancourt.Transcurría el segundo semestre de 1958, cuando por orden expresa de Fidel Castro se fundó el IV Frente Simón Bolívar para operar militarmente en la zona norte de la provincia de Oriente en la lucha contra el tirano Fulgencio Batista.
Al mando del Comandante Delio Gómez Ochoa, la fuerza guerrillera estaba integrada por tres columnas: la 32, dirigida por Gómez Ochoa; la 12, liderada por Eduardo Sardiñas Labrada y 14 por Orlando Lara Batista, hombres que dejaban escuchar desde hacía meses el estampido de los fusiles en la espesura del monte.
En brazos de la historia permanecen por siempre aquellos que son recordados por su valentía y coraje en los combates de Arroyo del Muerto en la provincia de Las Tunas, así como en los asaltos y toma de Holguín, Buenaventura, Gibara y Puerto Padre, hechos protagonizados por este brazo guerrillero del Ejército Rebelde.
Huellas imborrables permanecen hasta hoy en las generaciones de calixteños que rememoran con orgullo las proezas de los barbudos en la destrucción de la microonda de la Loma de Las Mantecas, el ataque a un jeep de la tiranía en la curva de Abrajagüey en el camino hacia Mir y la captura de una avioneta averiada en la zona de Las Calabazas, que impidió la llegada de los suministros al enemigo.
En honor a tanta bravura fue inaugurado, el 4 de noviembre de 2008 en el poblado de Mir, el complejo escultórico en memoria a los combatientes del IV Frente Oriental, para perpetuar la gloria vivida al servicio de la libertad de la patria.