Instructora de arte del municipio de Calixto García presenta un coro infantil. Foto: Aleaga (archivo)“Ser instructor de arte es lo mejor que me ha podido pasar en la vida, trabajar en la comunidad campesina de San Ramón donde existen niños con aptitudes para el arte, como en la más grande y culta de las ciudades, es muy gratificante.
Los niños aprenden lo que tú eres capaz de enseñarles y si bien es cierto que no llegamos a ser profesores o especialistas en determinada manifestación, sí sabemos lo elemental, además contribuimos a su formación integral pues los dotamos de muchos conocimientos sobre la historia del arte”.
Así expresa Yalieti Ricardo Rondón, quien con guitarra en mano y rodeada de niños, ensaya un coro. El escenario es la sombra de un algarrobo; aprovecha, además del tiempo que tiene previsto dentro del horario docente, cualquier oportunidad que le den. Hasta de noche, confiesa, que los pequeños van a su casa cuando hay premura para presentarse en cualquier actividad.
“Mis proyectos, además de enriquecer la vida cultural y amenizar cualquier actividad política o docente de las cuatro escuelas primarias que atiendo, se presentan en todo tipo de festividad que convoque la comunidad, somos como pequeñas hormiguitas que lo revuelven todo. Mis niños son fabulosos, cada día me sorprenden más”, relata Ricardo Rondón.
Ella es una de los tantos instructores de arte que en las escuelas del holguinero municipio de Calixto García hacen realidad uno de los más grandes proyectos de la Revolución en aras de masificar la cultura.
Los primeros instructores de arte se graduaron en Cuba en 1963 tras recibir por espacio de dos años una preparación intensiva e integral en una escuela creada para su tipo en la capital del país, esos primeros se fueron a las montañas y los campos de toda la isla, se multiplicaron y llegaron a los centros laborales, casas de cultura y otras instituciones artísticas,
La iniciativa se retoma en el año dos mil; a raíz de la Batalla de Ideas se crean escuelas en todas las provincias y de ellas egresaron miles de jóvenes que fueron a los centros del sistema educacional a defender los valores estéticos del pueblo.
Cada 18 de febrero se celebra en Cuba el Día del Instructor de Arte en honor al natalicio de Olga Alonso, una joven habanera que con 19 años laboraba en las montañas del Escambray y perdió la vida en un accidente del tránsito cuando se dirigía a impartir clases.